Ellas en guión y dirección
Al igual que Van Gogh se encargaba de que cada pincelada fuese la adecuada para admirar el conjunto, no cabe la menor duda que si tuviera que hablar sobre la dirección y guión hablaría del pintor detrás de la obra, de los pinceles utilizados y esos ápices de color que si no se examina con delicadeza, pueden correr el riesgo de perderse. No basta con hacer una noche estrellada, hay que darle nombre, significado, forma, carisma y magnetismo, o dicho en otras palabras, hacer que tenga estrella.
Si ya ser director tiene casi por consecuente ser cabeza de turco, no hablemos de lo que puede llegar a ser director y guionista juntos. Dejar tanto de uno mismo en la obra, concebir un universo a base de nuestra creación puede tratarse de un trabajo tan arduo como elaborar un Crimen perfecto, y hasta donde se solo Hitchcock lo ha conseguido. Los resultados de estos dos perfiles unidos, generan un material muy personal e íntimo, que nos abre una puerta al autor, dándonos una visión muy característica. Y como todo cantautor que aparte de único, tiene el orgullo de poder tener la suerte de crear desde cero y prácticamente a totalidad su canción final, Alba González de Molina, será la encargada de hablar hoy en nombre de todos los que se han atrevido a hacer de su forma de vida, el noble arte de contar historias.
- ¿Qué fue lo que te impulsó a dedicarte a la industria del cine? Desde chica siempre quise ser escritora. Cuando decidí estudiar Comunicación Audiovisual no me veía como directora. No era esa la intención. Pero encontré en la carrera y en la profesión una manera de contar historias, de crear ese mundo inexistente, darle forma hasta hacerlo creíble, y producir emociones. Me encanta el momento en el que le doy vida a un personaje. Acabo creyéndome que existe de verdad. La industria en sí no me gusta, es competitiva, machista, y a fin de cuentas, un negocio, así que intento hacer cine a mi manera.
- En pocas palabras, ¿Cómo resumirías tu trabajo?
Es un trabajo muy creativo en el que cada día es diferente. Creo que la combinación de dirección y guión es bastante atractiva, por lo menos a mí es la que más me gusta. Mezclo esa parte de traducción de ideas en palabras y luego me quito el disfraz de guionista y veo con ojos de directora lo que he escrito. Ahí juego a interpretar las palabras para darle un sentido en imágenes. Además de esta parte creativa, luego toca enfrentarse al equipo, saber comunicar tu imaginario adaptando el lenguaje técnico o no técnico a cada departamento para que sepan exactamente qué quieres, a igual que a la hora de dirigir actores.
- ¿Cuál ha sido la producción/es de la/las que te sientes más orgullosa?
De los largometrajes que he hecho quizás el primero, el documental de Stop!Rodando el Cambio, marcó un antes y un después. Ahí es cuando empecé a creerme que lo que hacía podía llegar a la gente.
- ¿Te encontraste algún problema, o alguna situación destacable al empezar tu carrera por ser mujer? De ser así ¿Cuál?
Para empezar realmente no. Nos juntamos un grupo de seis amigas y entre nosotras nos lo cocinamos, sin necesitar ayuda de subvenciones o productoras. Cuando comencé con el largometraje de ficción “JULIE” tampoco encontré en su inicio con problemas, en ese momento era bastante libre a la hora de tomar decisiones, habíamos lanzado una campaña de crowdfunding de 30.000 euros, quería formar un equipo que en su mayoría fuesen mujeres, y rodar donde quería y de la manera que quería. Lo conseguí casi todo. Pero sí que luego comencé a tener algunos problemas; por ejemplo el que se me negase la posibilidad, por parte de producción, de elegir a una sonidista mujer, poniendo en tela de juicio su capacidad de llevar a cabo correctamente el trabajo ya que era de hombres. De ese tipo tuve varios encontronazos. Luego tuve más problemas una vez rodada la película y teniendo el producto casi acabado. A partir de ahí empecé a notar ese tono paternalista, sea por la edad o por mi sexo, sea por lo que sea, tenía constantemente que reafirmar y forzar mi supuesta autoridad. Se dijo, por ejemplo, que “JULIE era la típica película que tu mujer elige para ir a ver juntos al cine, y que tú en cambio quieres una de tiros, o coches”, obviamente esta frase fue dicha por un hombre de más de sesenta años. O que JULIE tiene una “mirada femenina”, cine para mujeres hecho por mujeres. Es un tema bastante cansino.
- Dentro de tu rama, ¿cuál sería la proporción de mujeres que sueles ver? (X de cada 10 personas)
Una de cada diez personas, como mucho.
-¿Qué les dirías a las mujeres que quieren hacerse un hueco en este complicado mundo?
Que lo hagan sin lugar a duda. Que no se queden con las ganas. Ahora hay asociaciones como CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas), colectivos, personajes públicos, que están haciendo lo posible para denunciar y disminuir la diferencia abismal que existe entre hombres y mujeres (ya sea en su proporción, brecha salarial, o el sexismo que existe en cuanto a contenidos tratando a la mujer como mujer florero). Y por otro lado, que necesitamos sus historias, su visión del mundo, su sensibilidad, sus vivencias.
- ¿Crees que existe discriminación en el sector?
Sí, rotundamente. Y eso es precisamente lo que hay que cambiar. Para ello tenemos que ser cada vez más. Desgraciadamente, está incorporado en nuestro día a día el sufrir todo tipo de agresiones que nos ubican en una posición de vulnerabilidad frente al resto. La cuestión es no dejarnos pisar, el crear una red de apoyo mutua y visibilizar las realidades de todas las mujeres en un sistema patriarcal como este.
-¿Qué piensas del movimiento 8 de marzo? ¿te unirías, te unirás, te uniste?
Me uní, me uniré y me seguiré uniendo. Lo viví con bastante emoción aquí en Las Palmas de Gran Canaria. Juntas somos más, y escucharnos fundidas en un solo grito, realmente fue estremecedor. Este es el camino a seguir.
-¿Qué mejorarías a grandes rasgos de la filosofía de trabajo del mundillo (te has encontrado problemas comunes)? ¿Cuáles?
Desde mi punto de vista como directora no estoy de acuerdo con los tiempos tan limitados y poco flexibles a la hora de rodar, las jornadas laborales de casi 14 horas son inhumanas, tampoco estoy de acuerdo con la cantidad ingente de dinero que se gastan para producir películas. Creo que se pueden hacer maravillas con menos dinero, respetando las horas de descanso de los trabajadores y siendo más laxos para que quepa un mínimo de “arte y creatividad” dentro de las horas de rodaje. Está todo tan encorsetado que asfixia.
-Movimiento Me too. ¿Qué palabra/s se te viene/n a la cabeza?
Gracias. Me too.
-¿Alguna ídola?
La maravillosa escultora Camille Claudel fue una de las tantas mujeres que quedaron a la sombra de los hombres, en este caso de Rodin. Trabajaba para él, se convirtieron en amantes, quedó embarazada, y él decidió no dejar a su mujer por ella. Al poco perdió al bebé, se encerró en su taller y comenzó a destruir sus obras. Tenía la paranoia de que Rodin la perseguía para robarle sus obras. Al poco la hospitalizaron, tachándola de loca, y allí murió sin ser a penas visitada por nadie.